Los Objetivos de Desarrollo Sostenible también implican al sector de la construcción

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030) desarrollados por Naciones Unidas, se plantea en el Objetivo 3: Garantizar la vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

Y en el Objetivo 11: Lograr que las ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Visto así, es muy genérico, como todos los ODS.  Pero si entramos en las medidas específicas, cuando habla de prevención y promover el bienestar, desde el diseño de viviendas y otras edificaciones, sí podemos y, debemos, plantearnos como objetivos conseguir no sólo viviendas bonitas, sino también que éstas sean sanas, es decir, que guarden la salud de sus ocupantes y,  procuren su bienestar, que sean seguras y sostenibles.

Se considera que existen 4 pilares que sostienen el bienestar en una persona:

  • Emocional – salud mental
  • Físico – ejercicio – descanso
  • Nutricional – dieta adecuada y equilibrada
  • Espacial – accesibilidad, movilidad y seguridad

Si pasamos más del 80% de nuestro tiempo en espacios construidos, lo lógico sería pensar que estos espacios estuvieran diseñados para que no dañaran nuestra salud ni nuestro bienestar físico ni psíquico. En la medida en que mejoramos los espacios construidos conseguimos mejoras importantes en nuestro bienestar físico, mental y emocional, es una relación directa.

Para conseguir edificios saludables es necesario tener en cuenta una serie de parámetros de calidad, como son:

1.-  El diseño de la vivienda y su entorno. Pensar, repensar y volver a pensar su diseño, para adecuarlo a las necesidades funcionales, organizativas y estéticas de las personas que vayan a habitar en ella, teniendo en cuenta su ubicación, los conceptos de buen diseño, con buena relación interior-exterior y, con contacto con la naturaleza.

2.- Construir edificios seguros y accesibles, con materiales saludables y sostenibles, dotándolos de protección contra riesgos. Dotándolos de un buen aislamiento que garantice el confort térmico minimizando el gasto de energía, y asegurar el confort acústico.

3.- Para la consecución de una buena calidad del aire interior será necesaria una correcta ventilación de la vivienda.  La elección de los materiales y acabados deberá ser meticulosa, por su aportación de gases orgánicos (COV), gases inorgánicos – monóxido de carbono (CO), ozono (O3) materia particulada y gas radón; exposición al amianto y plomo.

4.-  La luz influye sobre los estados de ánimo.  Se tendrá en cuenta la cantidad y calidad de la luz, tanto la natural como la artificial, ya que afecta a nuestro estado de alerta, pudiendo alterar los ritmos circadianos y dificultar el descanso, llegando a alterar la salud.

5.-  La instalación de agua potable deberá tener sistemas de consumo eficiente. Se realizará el mantenimiento adecuado de la misma, para que se conserve de calidad del agua suministrada, con el objetivo de evitar enfermedades.

Cuando el objetivo es la salud y el bienestar en edificios, también se busca reducir la huella ambiental y conseguir la mayor eficiencia energética, ya que no se entiende un edificio saludable si no es sostenible. 

ELECCIÓN DE LOS ACABADOS DEL PROYECTO

Tal vez, la fase más complicada en la realización de un proyecto de diseño de interiores sea la toma de decisiones, en lo que a materiales y acabados, se refiere.

Aunque se presente una propuesta clara, muchas veces, el cliente entra en una especie de espiral de emociones que van, desde las exigencias muchas veces desmedidas, pasando por ansiedad, temor y bloqueo, que llevan a frustraciones y prolongación de procesos.

Para no tener que pasar por todas estas emociones, mi función es trabajar con el cliente para conocer sus necesidades y su personalidad; preseleccionar, informar y aconsejar pero, la última decisión, siempre la va a tomar el cliente.

Indiscutiblemente, en la elección de los materiales existe un componente estético, pero es necesario, tener en cuenta otros parámetros como su función, su uso y su coste económico, así como también, sus componentes por su influencia en nuestra salud y, su impacto en el medio ambiente. 

Además se tendrá que considerar:

Según la finalidad del espacio – el nivel de tráfico, su desgaste, el uso del área, las condiciones de su limpieza, exposición, difusión de la luz y, la repercusión en el estado de ánimo de las personas. Sopesar la necesidad de que el material tenga otras cualidades, como si es antideslizante, anti-adherente e impermeable.

Otros factores a tener en cuenta son la procedencia, durabilidad y, reciclabilidad.

Se valorará si los sistemas de instalación son adecuados al material, con el fin de evitar errores y, por lo tanto, elevar innecesariamente los costes del proyecto. Considerar elementos como cubrejuntas, cantos, molduras, manillas, que sean adecuados para facilitar la limpieza, evitar accidentes, facilitar movimientos.

En un hogar, es fundamental, mantener una adecuada calidad del aire. Los gases que desprenden los materiales pueden afectar a la salud a corto y a largo plazo. Materiales de construcción, pinturas, barnices, lacas, mobiliario, productos de limpieza, adhesivos… contribuyen a empeorar la calidad del aire interior. Las concentraciones de estos compuestos orgánicos volátiles (COV) pueden ser más altos en interiores que en el exterior.

La mala ventilación, la descompensación de temperaturas, las partículas en suspensión, los gases y vapores de origen químico y bioaerosoles, provocan el síndrome del edificio enfermo.

La Organización Mundial de la Salud lo define como un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en los espacios cerrados.

Sintomatología:

  • Irritaciones de ojos, nariz y garganta.
  • Sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel.
  • Ronquera, respiración dificultosa, eritemas y comezón.
  • Hipersensibilidades inespecíficas, náuseas, mareos y vértigo.
  • Dolor de cabeza, fatiga mental, elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.

En ciertos edificios se pueden potenciar algunas enfermedades comunes del individuo, tales como, sinusitis y algunos tipos de eczemas.

En el informe referente a la relación «Contaminación del aire de interiores y salud» la Organización Mundial de la Salud afirma que:

  • Más del 50% de las muertes por neumonía en menores de 5 años son causadas por partículas inhaladas en interiores con aire contaminado.
  • Más de 4 millones de personas mueren al año prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire de los hogares como consecuencia del uso de combustibles sólidos para cocinar.

En el informe «Contaminación del aire de interiores y la energía doméstica», la Organización Mundial de la Salud afirma que: «Anualmente, 3,8 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire interior causada por el uso de combustibles sólidos ineficientes (datos de 2012) para cocinar.

Entre esas defunciones:

  • 27% se deben a neumonía
  • 18% a accidente cerebrovascular
  • 27% a cardiopatía isquémica
  • 20% a neumopatía obstructiva crónica, y
  • 8% a cáncer de pulmón.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/household-air-pollution-and-health

¿Qué podemos hacer los diseñadores de interiores ante esta situación?

  • Diseñar los edificios de acuerdo con los estándares de salud y bienestar y, la sostenibilidad del medio ambiente.
  • Asesorar y escoger materiales respetuosos con la salud de los usuarios y el medio ambiente, haciendo hincapié en las consecuencias que va a tener la elección de un material.

PERCEPCIÓN DEL ESPACIO

Normalmente, el espacio arquitectónico está delimitado por seis planos: suelo, techo y las cuatro paredes; nosotros habitamos el espacio interior de esta caja. Este espacio físico que nos sirve de protección también nos permite expresarnos estética y culturalmente.

¿Pero cómo percibimos este espacio físico? Habitualmente, nos referimos por su cualidad de ser computable, lo medimos en metros cuadrados. Pero, nosotros habitamos el espacio y no el plano, por lo que debería ser cuantificado en metros cúbicos, de esta manera tendríamos mayor información de la calidad del diseño de la edificación.

El espacio es algo que percibimos en función de lo que nos rodea; somos nosotros los que sentimos el espacio y lo convertimos en propio, o no.

Este concepto de percepción del espacio lo vamos desarrollando desde la infancia: haciendo nuestro el lugar donde jugamos, donde comemos, donde sentirnos protegidos. En nuestro hábitat hay espacios que exploramos y que pueden producirnos experiencias gratas o desdichadas, por lo que, la consciencia del espacio depende de la experiencia adquirida y los acontecimientos que nos han marcado a lo largo de nuestra vida.

Cuantificar el espacio perceptible es imposible o, absurdo. Podemos hablar de apreciación psicológica del espacio y definirlo como estable, inestable, envolvente, opresivo… Estamos hablando de percepciones, sensaciones y, emociones.

Tenemos percepción espacial, percepción visual y percepción sensorial de un espacio. La percepción viene determinada por la conciencia, la memoria, el conocimiento de los objetos, la interpretación de la realidad… El ser humano intenta reconocer, nombrar, apreciar o rechazar.

Los volúmenes, las formas, la luz, las sombras, las texturas de los materiales, los colores, los brillos, la profundidad, la altura… determinan si un espacio es detectado como acogedor, seguro, estimulante, apacible, flexible o, todo lo contrario.

Somos seres emocionales, percibimos el espacio por los sentidos, por lo tanto, para conseguir el necesario confort, se tendrá que atender a los cinco sentidos:

– Tacto: a través de la temperatura, textura de los materiales, telas…

– Olfato: por el olor de los materiales, de los alimentos, de los productos de limpieza, las plantas…

– Vista: los volúmenes, las formas, la luz, la psicología del color, la estética, las vistas hacia el exterior…

– Oído: aislar del ruido exterior, evitar ruidos interiores o potenciarlos, si nos interesa.

– Gusto: básicamente lo relacionamos con el acto de comer, por lo tanto, lo reducimos a la cocina, comedor…

Las plantas son importantes, mejoran las condiciones ambientales y la calidad de vida, purifican el aire y absorben  químicos. 

Un hogar incómodo, inseguro o insalubre es nocivo para la salud física y mental.

¿Qué es el diseño de interiores?

Si prefieres vestir de una manera determinada, si te gusta un deporte y no otro, si tienes tu propia forma de vivir, si  evitas lo que no te gusta, ¿por qué aceptas un diseño estandarizado en tu vivienda?

Un proyecto mal pensado afectará a la vida de las personas de manera constante durante mucho tiempo. El impacto de un mal proyecto afecta directamente sobre nuestro bienestar y nuestra salud.

Un diseñador de interiores debe planificar, coordinar y administrar el proyecto para obtener un ambiente adecuadamente saludable y estéticamente agradable para las personas que utilizarán el espacio.

Habitualmente, el diseño de interior se confunde con la decoración, un concepto erróneo que está cargado de una serie de prejuicios y malentendidos.  La elección de revestimientos, colores y acabados es, de hecho, un aspecto del diseño de interiores, pero no la única característica.

Primero, es esencial comprender los comportamientos y deseos del usuario para crear espacios funcionales, confortables y estéticamente agradables.

La organización de las circulaciones es un punto de partida, que se puede lograr mediante el estudio funcional del espacio. Una distribución adecuada permite organizar el flujo, crear lugares de permanencia y jerarquizar los espacios.

Se tiene que considerar la normativa de accesibilidad, la seguridad frente a incendios -incluidas las vías de evacuación-, dimensiones mínimas de las habitaciones, y resto de normativa en vigor. La aplicación de tecnologías o, la utilización de estrategias pasivas para facilitar y mejorar la calidad de vida del habitante.

Tiene que prestar atención a las condiciones de confort térmico, acústico y lumínico. Aplicar los principios de la ergonomía para dimensionar adecuadamente el mobiliario y objetos. El mobiliario, fijo o móvil, incide directamente en el proyecto de diseño de interior.  El trabajo del diseñador, es pues, asegurar las preferencias para el proyecto y que éstas colaboren con el funcionamiento cotidiano del espacio, asegurándose de que no interfieran con la circulación. Cuando los espacios son pequeños dedicar atención a la elección de cada mueble es primordial.  Es más efectivo, diseñar muebles a medida para un uso más eficiente del trabajo.

Es necesario, generar un vínculo emocional entre el espacio y el ser humano que lo va a utilizar. Entender al ser humano en sus dimensiones fisiológicas, anatómicas y psicológicas nos ayudarán a alcanzar un alto nivel de confort, respetando la diversidad y sus diferencias.

Considerar un acercamiento holístico y, multidisciplinar a la hora de diseñar espacios para conseguir el mayor bienestar y, la observación y análisis en profundidad de las necesidades del usuario es fundamental para la realización de un proyecto de diseño de interiores.