NEUROARQUITECTURA – NEURODISEÑO

La naturaleza nos ha ido modelando según hemos ido evolucionando, por lo que nuestro cerebro está sintonizado con el entorno. 

Con el tiempo, hemos aprendido a adaptar los espacios para ganar confortabilidad y no sufrir los rigores térmicos. No obstante, disfrutamos del contacto con la naturaleza, disfrutamos de estar al aire libre.

Los órganos de los sentidos nos proporcionan la información que nos permite relacionarnos con el mundo físico. Las emociones y sentimientos se desarrollaron para poder sobrevivir como especie.

Percibimos las sensaciones por los sentidos: olfato, vista, oído, gusto y tacto. Aunque, este último tiene muchas divisiones: la temperatura, el dolor, la presión… A estos sentidos tenemos que añadir el sentido del equilibrio, el movimiento, la posición de nuestro cuerpo en el espacio. Pero, es el cerebro el que procesa todos los estímulos que recibimos y con ellos construye una realidad.

La Neurociencia es el estudio científico del sistema nervioso central, de sus aplicaciones en la cognición y en la conducta humana. Estudia la frecuencia cardiaca, la dilatación de la pupila, el ritmo respiratorio, movimiento ocular, presión cardiaca…

La neurociencia cognitiva relaciona el cerebro con conductas y capacidades cognitivas como la memoria, el lenguaje o la atención. Es esta ciencia la que da respuesta a por qué un interior nos provoca emociones, nos parece agradable o nos sentimos incómodos en él.

Nuestro cuerpo reacciona segregando serotonina (llamada hormona de la felicidad, por generar sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción, aumentar la concentración y la autoestima) cuando se encuentra con la sección áurea, cuando reconocemos la armonía en los elementos que nos rodean.

Número PHI

La sección áurea (también llamada: secuencia de Fibonacci, número Phi, Divina Proporción…) es un concepto matemático que se encuentra presente en la naturaleza, el cuerpo humano… La disposición de los pétalos de las flores, de las hojas en un tallo, la concha de un nautilus, la disposición de una galaxia… responden a ella.  Estamos acostumbrados a verla y, aunque no de forma consciente, a reconocerla. La percepción de la belleza radica en la proporción áurea, o dicho de otro modo, algo nos parece más o menos bello, si la relación de sus proporciones se acerca o se aleja del número Phi.

La neuroarquitectura se interesa por cómo afecta el espacio a las percepciones que tenemos y cómo afectan al comportamiento humano. Busca crear espacios para el bienestar y la calidad de vida.  Espacios que reduzcan el estrés y la ansiedad.

Las dimensiones, las formas, la iluminación, los colores, las texturas, la temperatura y calidad del aire, influyen en nuestras emociones, en nuestras actitudes y en las decisiones que tomamos, impactando de forma positiva o negativa en nuestra vida.

Para poder conseguir un espacio que nos proporcione bienestar, primero tenemos que analizar de qué forma este espacio puede influir en nosotros. Centrarnos en el usuario al que va dirigido. Diseñar pensando en su bienestar, analizando la ergonomía, buscando el confort y calidad de vida. Diseñar espacios que reduzcan la ansiedad y el estrés, mejoren la productividad y la felicidad. 

Las formas geométricas empleadas para el diseño de un espacio afectan a la percepción del mismo, por ejemplo, un espacio rectangular se percibe como menos agobiante que uno cuadrado,  los ángulos muy marcados favorecen el estrés, las curvas dan sensación de seguridad y comodidad.

La altura de los techos influye, positiva o negativamente, en la concentración y en las actividades a desarrollar en un espacio, por lo que ésta dependerá de la actividad a la que irá destinado.

La iluminación artificial obliga al cerebro a esforzarse más para realizar una tarea, afectando negativamente en la productividad. Será necesario, por lo tanto, el máximo aprovechamiento de la luz natural.

Los colores condicionan el estado de ánimo de las personas, siendo necesario conocer la personalidad del usuario y sus necesidades, además de relacionar la actividad a realizar en un espacio con los tonos a aplicar.

Aplicar todos estos principios en el diseño implica considerar al usuario en su dimensión física, biológica, cognitiva, psicológica, emocional, motivacional y conductual. Es mirarlo desde una perspectiva integral y, no como un medio para la obtención de un beneficio económico.

Es buscar su mejor calidad de vida.

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